El año 2004, se promulgó la Ley Nº 19.987 que modificó la Ley Orgánica de la PDI, respecto de la designación del Director General de la institución. En ella, se estableció que quien ocupe el máximo cargo de la policía civil debe ser un detective de carrera con el grado de prefecto inspector o prefecto general, elegido entre las primeras antigüedades. Una vez más se ratificó la confianza en la institución de parte de las autoridades. Asimismo, la institución mantuvo su compromiso con el cambio organizacional, formulando el Plan Estratégico de Desarrollo Institucional Minerva I (2004- 2010).
En el marco del nuevo Plan de modernización, en el año 2004, la PDI fijó por primera vez 7 metas de gestión y desempeño policial. Con ello incorporó un importante criterio de actuación: la orientación a resultados en el trabajo operativo, anticipándose entonces, tanto en el país como en la región, en la introducción de buenas prácticas de gestión policial. De igual modo, la institución dio inicio al proceso de rendición de cuentas públicas. Frente a la ciudadanía y sus autoridades, la PDI decidió dar cuenta de sus resultados operativos, de las metas propuestas, de la ejecución presupuestaria. Es así como el 19 junio de 2005, fecha del aniversario institucional, el Director General de la PDI, entregó la primera cuenta pública al país. Lo mismo hicieron cada una de las jefaturas regionales en sus respectivos territorios. El proceso de modernización en esta etapa, entra de lleno en el accountability policial y en la transparencia activa, ratificando los postulados de un servicio público orientado a las personas.
La etapa que inauguró el Plan Minerva I, se orientó, además, a instalar las capacidades organizacionales necesarias para contar con una gestión policial más ágil, efectiva y eficiente. Con este fin, el año 2006, se presentó públicamente la estrategia de desarrollo o Plan Estratégico de Desarrollo Institucional 2004 - 2010, “Plan Minerva I”, que describía la forma en que la PDI trabajaría la creación de valor para el Estado, los usuarios en los productos y servicios que entrega, preservando el perfil científico técnico de la organización. Asimismo, fijó las directrices y proyectos que dotarían a la organización de las capacidades y atributos necesarios para el cambio organizacional, transformándose en la principal agenda y herramienta de planificación y gestión de la PDI.
Este proceso intencionado ha generado importantes resultados en los diversos ámbitos de la gestión institucional. Por este motivo, durante 2009 se dio inicio al proceso de planificación estratégica, con el propósito de actualizar el diagnóstico organizacional y sentar las bases para el Plan Estratégico de Desarrollo Institucional. Para estos efectos la PDI llevó a cabo un proceso participativo de diagnóstico, aplicando una encuesta a nivel nacional, grupos focales en regiones, incluyendo a todos los escalafones, además de organizar jornadas regionales para discutir con el personal institucional los resultados. De este profundo proceso de reflexión institucional surgió el Plan Minerva II (2010- 2014), herramienta de gestión que orienta en la actualidad a la PDI en sus acciones, gestión y desempeño.