El actual proceso de modernización del Estado, implica reformas que consideran condiciones favorables orientadas a la profundización de la democracia; está basado en el desarrollo y fortalecimiento de la ciudadanía (desarrollo social) y en los requerimientos de desarrollo económico, necesarios para el crecimiento del país.
En este proceso de cambio institucional, la gestión pública ha ido alcanzando metas que van más allá de los resultados económicos positivos. La modernización, ha implicado un modelo de Desarrollo Humano en las políticas públicas en Chile, que impactan directamente en los servicios policiales: el foco trasciende la mejora en los resultados estrictamente operativos y ubica a los ciudadanos y las ciudadanas en el centro de la labor policial.
De la seguridad pública se transita hacia la seguridad ciudadana y, de ésta, a la seguridad humana, como concepto integral que incluye la seguridad objetiva y subjetiva, la investigación y prevención de los delitos pero, por sobre todo, contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas garantizando las condiciones para su pleno desarrollo.
Conscientes de los profundos cambios que ha experimentado la sociedad civil en las últimas décadas, la Policía de Investigaciones (PDI) viene implementando su propio proceso de modernización desde mediados de la década del noventa, orientado a generar las capacidades y aprendizajes necesarios para anticipar escenarios, mejorar los servicios policiales y, en definitiva, fortalecer la legitimidad social de las instituciones del Estado; todo ello, en concordancia con los lineamientos de la administración central del Estado y en sintonía con la mayor diversidad que demuestra nuestra sociedad, considerando la internacionalización y evolución de los delitos.
Nuestro aporte, desde las funciones específicas que desarrollamos, se despliegan en un campo complejo: la contención, prevención, investigación y anticipación de los delitos. Más aún, en cómo estas acciones contribuyen a generar espacios más seguros para las personas. Para ello, constantemente se evalúan las prácticas y servicios policiales, dando continuidad a las acciones que han demostrado ser más efectivas e innovando y modelando las formas de trabajo que surgen de la experiencia policial para perfeccionar nuestras labores operativas.
En este sentido, se han incorporado sistemáticamente metodologías de análisis criminal, reingenierías de procesos en nuestras jefaturas operativas y administrativas, así como mecanismos capaces de identificar las mejores prácticas policiales que sean posibles de replicar a nivel nacional.
Nuestro proceso de modernización nos ha facilitado enfrentar los nuevos desafíos de manera intencionada, con estrategias flexibles que nos han permitido ser vanguardistas en muchos campos del desempeño policial. Asimismo, nos ha ubicado como una de las instituciones más valoradas en el sector seguridad y justicia, no sólo dentro del país sino también como un referente y líder regional. El capital social generado, es la consecuencia natural de un trabajo comprometido y profesional, al que han contribuido hombres y mujeres de todos los escalafones de la organización.
No obstante, sabemos muy bien que siempre es posible mejorar. Estamos conscientes que los organismos policiales deben velar de manera continua por entregar servicios enmarcados en los más altos estándares de calidad, eficacia, eficiencia, promover la equidad en su entrega y garantizar en todo momento el respecto irrestricto a los derechos humanos.
Los niveles de confianza y credibilidad que ha logrado la PDI durante la última década, no son producto del azar, son reflejo de un trabajo riguroso por constituir un servicio público de excelencia. Conocemos también las amenazas: mientras la confianza demora años en construirse, puede perderse en pocos instantes a raíz de sucesos particulares. Por este motivo, en la Policía de Investigaciones de Chile hemos realizado una serie de acciones tendientes a prevenir uno de los aspectos más sensibles en el desempeño de cualquier cuerpo policial: las conductas indebidas en sus integrantes.
Si bien es cierto, no existen organismos policiales en el mundo que cada cierto tiempo no se vean golpeados por hechos asociados a faltas de probidad o corrupción, también es correcto que ese margen puede ser circunscrito a su mínima expresión a través de la existencia de mecanismos de control interno y externo en constante revisión y actualización. En el imaginario colectivo, las conductas indebidas constituyen uno de los rasgos del desempeño policial que más resquemores producen. Muchas veces un hecho puntual activa los peores miedos de la ciudadanía.
Nuestra organización no es ajena a esta realidad. Hemos sido golpeados por estas situaciones en el pasado, y probablemente ocurrirá en el futuro. No obstante, por medio de esta cuenta pública 2012, deseamos dar a conocer los mecanismos de control y monitoreo que operan en nuestra Institución, con el propósito de que conozcan de primera fuente los esfuerzos que realizamos y la importancia crucial que representa para nuestra organización esta dimensión de la labor policial.
Desde el año 2004, cuando comenzamos a rendir cuentas públicas hacia la ciudadanía, nos comprometimos a ser transparentes, a mejorar la calidad de nuestros servicios, a constituirnos en una organización digna del orgullo de nuestros ciudadanos y ciudadanas. El camino ha sido provechoso, no exento de dificultades, pero enfrentamos el futuro con la certeza del trabajo serio, profesional y riguroso que nos ha guiado.
A continuación, podrán apreciar los hechos concretos que respaldan estas palabras de inicio, esperando que con ello, la sociedad a la que pertenecemos, nos conozca un poco más, con nuestras fortalezas, avances y desafíos. Nuestra esperanza es constituirnos en un factor de cohesión social, que nuestros policías representen la solución de los problemas que aquejan a los ciudadanos y ciudadanas en el ámbito de la seguridad y que en ellos puedan confiar para construir alianzas conjuntas que permitan contar con un país cimentado en la paz social y la confianza en las instituciones del Estado.