Nuestra sociedad ha cambiado de manera veloz, hoy contamos con una comunidad demandante de sus derechos, vigilante de las instituciones públicas y su desempeño en un escenario en que el fenómeno criminógeno muta con la velocidad de estos cambios, se transnacionaliza con el ritmo acelerado de la globalización, incorpora en sus estrategias delictivas las tecnologías y recursos más avanzados, se interconecta en sofisticadas redes de organizaciones criminales.

Los desafíos actuales requieren de estrategias policiales fundamentadas en la información del delito en sus más mínimos detalles. Solo de esta manera, será posible prevenir amenazas y anticipar escenarios que permitan a nuestros ciudadanos vivir más seguros. Por este motivo, nos encontramos trabajando arduamente en iniciativas que potencien y fortalezcan el análisis criminal, así como en modelos policiales basados en evidencia.

De este mismo modo, trabajamos en el diseño de respuestas segmentadas y focalizadas, que se adecúen a las particularidades comunales, de género, de edad, que demandan nuestros ciudadanos y ciudadanas.

Esta cuenta pública, además, está caracterizada por un hecho de gran relevancia: nuestro proceso de modernización institucional, representado en el Plan Minerva II, que entra en su etapa final. Ello implica, que la PDI ingresa en un nuevo proceso de planificación estratégica, que permitirá ir esbozando lo que será el nuevo Plan de Desarrollo Institucional.

Conscientes de los desafíos que enfrentaremos, nuestro plan representa nuestra carta de navegación que recoge y se alinea, de manera directa, con las necesidades de nuestros ciudadanos y ciudadanas.

Por este motivo y, para estar a la altura de las expectativas, trabajamos día a día para entregar soluciones y respuestas de alta calidad frente al fenómeno delictual.

Hemos avanzado mucho, nos hemos consolidado en distintas áreas, somos una institución valorada y legitimada por nuestras comunidades. Pero ello, lejos de paralizarnos en la autocomplacencia, nos incentiva a perfeccionar permanentemente nuestros servicios.

En estos últimos años, hemos aprendido como Institución a dar continuidad a líneas de trabajo que se vienen desarrollando desde hace más de una década, nos hemos consolidado como una organización que cuenta con un apoyo ciudadano mayoritario y que en muchos aspectos se transforma en un referente para el resto de las policías latinoamericanas.

Pero las expectativas de la ciudadanía se han incrementado año a año, por ende, las exigencias son cada día mayores, ya no basta con cumplir bien nuestro trabajo como investigadores criminales, ya no basta con apoyar de manera profesional las políticas públicas de seguridad y el sistema de persecución penal. Hoy se espera que innovemos, que sorprendamos, que propongamos soluciones técnicas a los problemas que aquejan a la sociedad, respuestas basadas en evidencia, con modelos de trabajo rigurosos, evaluados y monitoreados, como han sido los Grupos Especializados en Bienes Robados –GEBRO-.

Demostrar día a día, que los servicios públicos sí funcionan, que entregamos respuestas de excelencia y que nunca perdemos de vista, que detrás de cada investigación criminal, detrás de cada informe policial, de cada servicio preventivo, de cada campaña de verano, solucionamos y ayudamos a que los hombres y mujeres de este país, tengan una vida en la que puedan gozar de sus derechos plenamente.

En este sentido, podemos señalar que, hemos dado pasos importantes para fomentar la reflexividad del sistema, esto es, ser capaces, desde nuestras diferentes funciones, de identificar aquellos aspectos que es posible mejorar, y de cómo nuestro rol puede contribuir a validar a las instituciones públicas de nuestro país en un ámbito tan sensible como es el de la seguridad y la justicia.