En 2022, la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (Bipe) Metropolitana, detuvo a un total en 76 personas por secuestro, casi dos veces y media más que el año anterior. Del mismo modo, los casos investigados por este delito aumentaron de 26 a 46. Un análisis más detallado, realizado por la unidad especializada permite visualizar las variaciones de la dinámica delictual y ajustar las estrategias para enfrentarlas.

El subprefecto Hassel Barrientos encabeza actualmente esta unidad que, desde su creación a mediados de los noventa, se ha abocado a este tipo de delito, impulsando además diversas acciones para dar una respuesta altamente especializada y de vanguardia frente a la evolución del delito.

Con respecto al balance estadístico anual, señala que su unidad ha visto, desde fines de 2012, un aumento generalizado de las concurrencias. En otros términos, aumentaron tanto los casos reales de secuestro, como los falsos y también los otros  delitos.  (Ver gráfica Concurrencias años 2016-2022)

Entre las tendencias 2022, señala que en gran parte de los procedimientos, durante el desarrollo de las primeras diligencias, se determinó que se trataba de un falso secuestro o secuestro descartado. Del total de 122 concurrencias en 2022, 59 corresponden a esta última categoría.  (Ver gráfica Concurrencias Años 2016-2022)

Entre los casos investigados hay una amplia variedad, desde aquellos donde la persona supuestamente  afectada  usó este motivo para justificar su ausencia frente a familiares, hasta robos con retención de la víctima, amenazas en contexto de llamadas extorsivas, violencia intrafamiliar y estafas telefónicas.

En cuanto a los casos reales, también destaca la gran cantidad de ciudadanos extranjeros como autores, superando en más que el doble a los perpetradores chilenos (Ver gráfica Detenidos por Secuestro y Nacionalidad). También es notable el significativo aumento de los detenidos que permite vislumbrar el alto estándar del trabajo investigativo de la BIPE.  “Con estas investigaciones logramos desbaratar al menos 9 bandas criminales, compuestas principalmente por ciudadanos extranjeros y en las que se evidencio una organización para ejecutar el delito, diferenciación de roles, objetivos específicos, apoyo logístico e incluso lugares de cautiverio definidos”, señala el subprefecto Barrientos.

Por otra parte “el perfil del secuestrador chileno está relacionado con personas con antecedentes  policiales y, en su mayoría, el delito se comete en el contexto de bandas rivales ligadas al tráfico de sustancias estupefacientes”, añade. En 2022 estos casos, categorizados como “narco-extorsivo”,  fueron 22. (Ver gráfica Secuestros Reales / Concurrencias).

Los resultados de esta unidad son, en parte, gracias a la capacidad de incorporar nuevas técnicas y herramientas de vanguardia. Así se gestó, en 2011, la creación oficial de la figura del “negociador policial” con estándares internacionales, de la mano con una permanente preparación de los investigadores en manejo de incidentes críticos policiales y la coordinación con instancias internacionales.

La PDI integra la Comunidad Internacional Policial contra el Secuestro y la Extorsión (Cipse) y actualmente ejerce la función de Secretaría Ejecutiva del organismo (período 2021 - 2023) que también implica ser anfitriones de este encuentro, a fines del presente año. El objeto es fortalecer la cooperación internacional en la lucha contra estos delitos.

Acciones enmarcadas en los lineamientos estratégicos de la Policía Civil, particularmente en el de apoyar la excelencia operacional, mediante el desarrollo de estrategias investigativas y la innovación en las mismas; prospectar escenarios de crimen organizado y flujos migratorios; así como fortalecer su rol para enfrentar escenarios delictuales complejos.