Se trata de una fase piloto que espera, en el mediano plazo, extenderse a todo el país. Su finalidad es anticiparse a todos aquellos delitos que puedan afectar a objetos y obras de alto valor patrimonial que se encuentran en museos y centro culturales.

El proyecto fue bautizado como “Registro Nacional del Patrimonio Cultural” y comenzó con 10 obras que son parte de la colección pictórica del museo de Bellas Artes Palacio Vergara, y que se exponen en el edificio del Congreso Nacional. La delicada labor está siendo desarrollada por detectives de la Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural (Bidema) Valparaíso y peritos del Laboratorio de Criminalística (Lacrim) Central.

El comisario Iván Navarro, jefe (s) de la Bidema porteña, explica que el producto central será una base de datos informática que permita acceder a fichas de identificación de distintas piezas materiales. “Estas contienen parámetros básicos como la fijación fotográfica y planimétrica, y otros obtenidos a través de microscopia electrónica de barrido y difracción de rayos X,  lo que hace posible un microanálisis de la materialidad de la obra de arte peritada”, señala.

Según la alcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato, el trabajo desarrollado es de gran importancia “porque estos datos van a estar a disposición incluso de Interpol, en la eventualidad que se produzca un robo, lo que permitiría pesquisar internacionalmente la ruta de una obra sustraída para su posterior búsqueda”.

Las pinturas incorporadas en esta fase piloto corresponden a obras de reconocidos artistas nacionales e internacionales como Alfredo Valenzuela Llanos, Juan Francisco González, Raymond Monvoisin, Benito Rebolledo, Thomas J, Somerscales, José Gil de Castro, Pedro Lira, Ana Rossi y Wilfredo Walton, todas pertenecientes al municipio viñamarino y que, junto a otras 183 telas, se encuentran a resguardo en dependencias del Senado hasta que culmine el proceso de restauración del Palacio Vergara.

El comisario Navarro, precisa que contar con un registro de estas características “permitirá optimizar y mejorar cuantitativamente las futuras investigaciones por sustracción, desaparición o falsificación de obras de arte u objetos de alto valor patrimonial”.

Actualmente,  la Bidema Valparaíso se encuentra en la fase de confección de la base de datos informática y  a la espera de poder presentar los resultados finales para que esta experiencia pueda ser replicada en otros museos o centros culturales del país.